Bruselas - El auge de las fuerzas euroescépticas en Italia hace planear la incertidumbre sobre el nuevo impulso de una futura Unión Europea sin Reino Unido, liderada por Francia y, a partir de ahora, por una Alemania con un gobierno de coalición.

"Italia, miembro fundador de la Unión Europea, no será fundador del renacimiento de Europa", señala a la AFP Sebastien Maillard, director del centro de reflexión Institute Jacques Delors, máxime cuando "el motor franco-alemán arrancará de nuevo".

La imagen de los mandatarios de las tres principales economías de la eurozona -Angela Merkel (Alemania), Emmanuel Macron (Francia) y Paolo Gentiloni (Italia)- atendiendo juntos a los medios antes de una cumbre en Bruselas el pasado 23 de febrero podría no volver a repetirse.

Las elecciones del 4 de marzo en Italia dejaron un panorama fragmentado con un auge de las fuerzas euroescépticas: el Movimiento Cinco Estrellas (M5S, antisistema) obtuvo el 32% de los votos, mientras que la Liga Norte (ultraderecha) y sus socios de coalición obtuvieron alrededor del 37%.

Los líderes de ambos partidos ya reclamaron su derecho a gobernar. Los posibles escenarios dejan entrever, no obstante, gobiernos sin mayorías o coaliciones antinatura, alternativas que en ninguno de los casos suponen un alivio para las fuerzas europeístas del bloque.

El escenario favorito en Bruselas, el de una gran coalición entre las formaciones de los ex primeros ministros Silvio Berlusconi (derecha) y Matteo Renzi (centro-izquierda), se desvanece ante la falta de una mayoría parlamentaria, aunque confían en la formación de un "gobierno estable".

Entre el freno y el acelerador

Italia se aleja del grupo de cabeza de un bloque que, en su 'Declaración de Roma' de marzo de 2017, con motivo del 60º aniversario de su fundación, renovó sus votos por refundar una UE post-Brexit en la seguridad, el progreso económico y social, una "política migratoria eficaz", etc.

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Proyecciones en escaños del resultado de las elecciones italianas. Gráfico: Vincent Lefai y Jean Michel Cornu / AFP

Analistas como Janis Emmanouilidis, del European Policy Center (EPC) estiman que, tras los comicios italianos, algunas voces se alzarán en el bloque apelando a la prudencia reformista, al "considerar que no es momento de asumir riesgos".

"Otros dirán que, si miramos a Italia y a los votantes hartos de la situación económica y de la gestión de la crisis migratoria, no podemos continuar como estamos", agrega a la AFP el analista, que considera que los reformistas como Macron podrían salir beneficiados.

El tema de la inmigración fue clave en la victoria de los euroescépticos en Italia, país en primera línea de la reciente crisis migratoria. "Hay un gran sentimiento de abandono, el sentimiento que Europa los ha dejado a su triste suerte", apunta Maillard.

Varios analistas coinciden, no obstante, en que el futuro de la UE se jugaba sobre todo en Alemania, donde los socialdemócratas aprobaron el mismo día de los comicios italianos renovar la gran coalición con la canciller conservadora Merkel, "una gran coalición mucho más ambiciosa en el ámbito europeo", subraya a la AFP Salvador Llaudes.

¿Momento para España?

Para el investigador del centro de reflexión Real Instituto Elcano, con sede en Madrid, "que Italia se repliegue en sí misma no es el escenario ideal para la UE", pero es "más tolerable de cara al proceso de integración europeo" que una Alemania sin gobierno.

"Es difícil conseguirlo sin Francia y Alemania tirando del carro", apunta Llaudes, para quien el eventual vacío dejado por Italia podría asumirlo España, la cuarta economía del euro. "Es el momento ideal, si hay ambición política" y en un contexto de "mayor tranquilidad" respecto a Cataluña.

La llegada de partidos euroescépticos al palacio del Quirinal en Roma podría crear fricciones con la Comisión Europea en el terreno económico, máxime cuando Italia registró en 2017 una deuda pública del 131,5% y el desempleo empezó 2018 alrededor del 11%, según el Instituto Nacional de Estadísticas (Istat).

Para Federico Santi, investigador del Eurasia Group, "Italia ya corre el riesgo de no respetar los objetivos presupuestarios fijados por la UE", pero apunta a que el M5S y la ultraderecha se mostrarían "más moderados en el poder" pese a la retórica de campaña para dar una imagen de partidos de gobierno.

"La salida del euro, sin hablar de la salida de la UE, parece muy improbable", estima Santi, pero para su colega de Capital Economics, Jack Allen, un nuevo gobierno en Roma podría "rechazar los esfuerzos que buscan aumentar las contribuciones de Italia al presupuesto de la UE" tras la marcha de Reino Unido.

Por Toni Cerdà

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