Carlos Igualada, director del Observatorio Internacional de Estudios sobre Terrorismo (OIET), cree que "son acciones puntuales y no va a haber una campaña de atentados como ocurrió años atrás", explicó.

"Desde finales de 2017, el número de acciones terroristas en Europa ha bajado considerablemente y los ataques que se están produciendo son de escasa letalidad, con armas blancas en los que solo participa un terrorista", añadió. Lejos, pues, prosiguió Igualada, de "aquellos atentados como los de París, o los de Niza, o Berlín, o Bruselas, donde los muertos se contaban por decenas".

El 25 de enero, un ciudadano marroquí de 25 años atacó dos iglesias de la ciudad andaluza de Algeciras (sur), matando a un sacristán e hiriendo a un cura.

Desde el gobierno no caracterizan la acción como yihadista, pero la Audiencia Nacional, instancia competente en materia de terrorismo, asumió la investigación. "Todos los elementos que caracterizan e identifican la metodología yihadista se dan en este sujeto, hay indicios a priori bastante consolidados", estimó Chema Gil, profesor del Centro Universitario ISEN de Cartagena y codirector del Observatorio Internacional de Seguridad, en declaraciones a la radio pública RNE. Si es lo que se conoce como "un lobo solitario o no, lo tendrán que establecer los investigaciones", añadió.

Lejos de los años más sangrientos

Atrás quedan los atentados contra varios trenes suburbanos de Madrid en 2004, los más sangrientos vividos en Europa, que dejaron 191 muertos y unos 2.000 heridos. O el de los últimos grandes atentados en España, en Cataluña en 2017, con 16 muertos y 140 heridos.

Si en 2004 la amenaza yihadista convivía con ETA, desde que ésta anunció el abandono de las armas en 2011 y su disolución siete años más tarde, la actividad policial se ha centrado sobre todo en el islamismo radical. El último Plan de Prevención, Protección y Respuesta Antiterrorista (PPPyRA), que orienta la estrategia en este aspecto, es de 2022, y en su presentación, el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, citaba como un gran peligro, según un comunicado del gobierno, "los modernos procesos de radicalización hacia diferentes tipos de extremismos violentos, en particular los de carácter yihadista".

Desde 2004, las autoridades detuvieron a casi 1.000 sospechosos yihadistas en España, según datos el ministerio de Interior. En 2021, de acuerdo al último informe de Europol sobre terrorismo en Europa, España detuvo a 40 y Francia a 140.

"Es cierto que en España no hemos tenido esta frecuencia de atentados individuales como ha tenido lugar en Francia, en Alemania o Reino Unido", subrayó Manuel Ricardo Torres, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Olavide de Sevilla.

La colaboración con Marruecos

La normalización en 2022 de las relaciones con Marruecos, tras un periodo de dificultades por la posición española sobre el Sáhara Occidental, cuya soberanía reivindica Rabat, ha jugado también un papel en la relativa tranquilidad vivida en España en los últimos años.

"La cooperación con Marruecos en el ámbito antiterrorista actualmente es muy buena", sostuvo el profesor Torres. "Eso ha permitido alimentar muchas operaciones antiterroristas que se llevan a cabo a partir de informaciones que facilita Marruecos", añadió.

En la última gran operación conjunta, en octubre de 2022, la policía española detuvo a 11 personas en su territorio y la marroquí a dos en el suyo, por "su presunta participación en los delitos de pertenencia a grupo terrorista", según el ministerio del Interior español.

Por Valentin Bontemps y Alfons Luna